domingo, 10 de junio de 2018

TRABAJO Y CRIANZA

Hoy quería hacer un post bastante personal... pero que me parece importante para que me conozcáis mejor y conozcáis mejor este proyecto y lo que hacemos en "la casita de wendy", en una empresa pequeña todo es así...se mezcla trabajo y vida constantemente. Bueno, os cuento; siempre tengo muchísimo que hacer y termino los días sin que me haya dado tiempo a terminar lo que tenía en mente...siempre hay más cosas para el día siguiente de las que me caben, siempre trabajo más de 10 horas diarias, y no suelo parar en vacaciones ni fines de semana (aunque me vaya al campo o de viaje mi trabajo viene conmigo y suelo dedicarle bastantes horas) es raro que pase un día sin hacer nada y eso es tener una empresa que compite con gigantes, cada día hay que pelearla y esforzarse al máximo para que se mantenga y no quedarse atrás. Correr la milla extra, inventar nuevas cosas, exigirte muchísimo a tí mismo
Desde que nació Valentina tener la empresa y tiempo para ella resulta muy complicado, antes yo era muy productiva, me pasaba las horas inventando, diseñando, haciendo presentaciones, dando clases... y me sobraba además algo de tiempo para mí y mi pareja, para pasear o leer, ir al cine, tomar algo etc... pero desde que está ella obviamente todo se complica, se acabó acostarse a las mil dibujando o dedicar los fines de semana a trabajar...además los días se convierten en una gimkana complicada entre recogerla de inglés, jugar y contarle cuentos, comprarle leotardos, peinarla, hacerle la cena y a la vez tener nuevas ideas para la empresa, diseñar, ir a reuniones, actualizar las redes, hacer fotos y no perder el ritmo que tenía antes de que ella llegara.... Lo cierto es que gracias a que Miguel hace casi todos los cuidados y que contamos algunas tardes con los abuelos he podido centrarme en "la casita de wendy" y dedicarle todo el tiempo que requiere, y en ratitos pequeños disfrutar con Valentina, pero rara vez puedo ir una tarde con ella al parque o a visitar a la abuela, o rara vez tengo una tarde libre para hacer algo juntas...Como siempre he sabido que mi situación es excepcional y trabajo muchas más horas de lo normal al día  hay varias cosas que he decidido aportarle desde que nació. Lo primero es obviamente trabajar todo lo posible desde casa, así aunque esté haciendo cosas ella está a mi alrededor y saco mini momentos para darle un achuchón, escuchar lo que ha hecho en el colegio, leer un cuento o ver lo que está pintando. Para mi productividad es una locura, esta interacción es interrupción constante y a veces con rabieta o enfado que impiden que siga ya del todo concentrada en lo que estaba haciendo, pero a la vez siento que paso muchísimo tiempo con ella, no tardes enteras pero si mil ratitos minis al día... me ve mucho, la veo mucho... y a la vez ella participa bastante de lo que yo hago...y esta es la segunda cosa que decidí aportarle cuando nació, una infancia que no esté alejada de la actividad de sus padres ni del trabajo que hacemos. Y esto es lo que quería contaros mas en profundidad, algo sobre lo que he ido reflexionando durante estos años de crianza y que creo que es algo a tener en cuenta en nuestra forma de criar, trabajar y vivir.
La cosa es que estoy intentando desde que Valentina es pequeñita enseñarle lo que hago y llevarla conmigo a actividades que tienen que ver con mi trabajo, Miguel hace lo mismo y los dos creemos que es un aprendizaje muy valioso para ella acompañarnos en nuestros proyectos y a su escala y posibilidades incluso ayudarnos, la realidad es que obviamente con sus 7 años nos da trabajo más que ayudar  y hay que rehacer muchas de las cosas que hace, pero a ella le hace una ilusión increíble y la motiva mucho y vemos como desarrolla muchas facetas, aprende a resolver problemas, se motiva con conseguir un resultado "de mayores", se relaciona con mucha gente muy variada y sobre todo no vive aislada del mundo, ve como nos esforzamos y entiende cuando tiene que esperar pacientemente porque va a venir un cliente o porque estamos viajando para conseguir una venta importante, también nos ve esforzarnos por hacer bien las cosas y le sale de forma muy natural querernos ayudar. Creemos que nuestra sociedad aísla en una burbuja a los niños de los adultos, existen como dos mundos, el mundo de los niños es juego y estudio, el de los adultos es trabajo y responsabilidad, nos parece bien que la infancia sea un paraíso pero igual que no dudamos en que los niños se formen y aprendan idiomas o matemáticas, no nos gusta tanto que su mundo sea solo el de la formación teórica y el juego y que estén desconectados de la realidad, igual que tampoco nos gusta que el mundo adulto se desarrolle sin niños y juego. Creemos que los dos mundos pueden coexistir y es enriquecedor para niños y mayores. Antiguamente esto era así, los hijos de un panadero jugaban en la panadería mientras aprendían sobre el pan, los de un alfarero igual o los de un agricultor, el fallo es que ese trabajo infantil y esa vida precaria hacía que no pudieran aprender nada más, en muchas ocasiones no podían ir al colegio y se convertían en mano de obra rápidamente para ayudar a sus familias, pero hemos pasado al otro extremo. Yo nunca supe demasiado de lo que hacían mis padres, mi tarea era aprender en el colegio o en mis extraescolares y luego jugar sin preocuparme, y  he crecido con una desconexión enorme entre mi formación y el mundo real. Hasta que no he sido bastante mayor no he comprendido el mundo adulto y me ha costado mucho trabajo aprender a resolver problemas prácticos, enfrentarme a carencias, a cosas que no encajan, a la variedad y a los conflictos. Nosotros queremos que poco a poco con sus experiencias a nuestro lado ella tenga una visión más completa de la vida, pero además por otro lado ocurre una cosa mágica cuando está con nosotros mientras trabajamos, y es que aunque seamos menos productivos todo es mucho más divertido, aunque nos cansemos el doble (porque además de esa venta importante hay que ayudarla con todo o buscarle entretenimiento en los ratos aburridos) descubrimos a través de sus ojos lo emocionante que es el mundo y las pequeñas cosas que hacemos. Le explicamos todo y a la vez nos lo explicamos a nosotros, lo saboreamos más...y sus preguntas, sus comentarios y su forma tan disfrutona de vivir nos contagia y nos enriquece muchísimo.
Creemos que la crianza se ha relegado a la vida privada, y se ha ocultado de alguna manera de la vida pública, por eso nos cuesta tanto criar y conciliar porque los niños no solo no van nunca a los trabajos de los padres, ni están en los lugares donde estamos los adultos,  está mal visto que esto ocurra y se evita de todas las maneras, si tu niño esta malo no puedes llevarlo al trabajo o no puedes ese día trabajar desde casa, si tienes una reunión o un viaje no puedes llevarlo contigo etc... esa separación hace que seamos más productivos pero que ocurran muchas cosas tristes como pasar muchas horas separados o que la gente tenga que decidir entre criar o trabajar, hay muchas cosas que podemos replantearnos, obviamente nosotros podemos hacerlo de forma diferente porque somos autónomos y nuestros propios jefes, pero deberíamos luchar por una sociedad que integre un poco más la crianza en la vida pública, que permita tener a los niños cerca con guarderías en los trabajos o cierta flexibilidad para hacer trabajo en casa o que nos acompañen a algunas cosas sin que esto nos haga parecer menos profesionales. Porque somos humanos y los humanos criamos.
En nuestra ultima aventura que ha sido la presentación que hemos hecho en La Encartada de la colección de invierno Valentina nos ha acompañado y nos ha ayudado a preparar todo. Os comparto algunas fotos y os invito a reflexionar sobre esta separación que existe entre la vida adulta y la infantil, esta separación entre crianza y vida pública...Y sobre maneras de integrar a nuestros hijos en el mundo para pasar más tiempo juntos y enriquecernos mutuamente.