Hoy quería aprovechar para contaros algo diferente sobre este viaje, es la primera vez que voy en todo este tiempo porque desde que nació Valentina no me sentía con fuerzas de ir, cuando tenía un año fuí y como siempre me acompaña Miguel para trabajar juntos decidimos dejarla con los abuelos, los días que pasé allí fueron horribles porque a la tensión de mostrar la nueva colección se añadió la tensión de que dejaba a mi hija sola por primera vez, ella es bastante complicada para eso, tiene muchísimo apego conmigo y con Miguel porque pasa mucho tiempo con nosotros y es casi imposible dejarla una noche con abuelos sin que llore muchísimo, yo estaba nerviosísima y con el estómago cerrado casi sin poder comer en los cinco días que pasamos allí. Es cierto que no lloró mucho y fue relativamente facil, pero a mí el viaje se me hizo muy complicado y no me apetecía repetirlo...asi que en las siguientes temporadas fue Iván.
Sin embargo echaba de menos la ciudad y esta temporada decidimos que lo volvería a hacer yo...Valentina ya es mayor y puede quedarse más tiempo sin nosotros.
Pero unas semanas antes de irnos cuando se lo dije comenzó a llorar desconsolada diciendo que quería venir con nosotros... que ella quería conocer Paris... que no iba a molestar... que no quería estar separada de nosotros porque nos quiere mucho...que quería ayudarme a trabajar...y un montón de ternuras con los ojos llenos de lágrimas que al oirlas me encojían el corazón.
Pensé que no había más remedio que dejarla con los abuelos porque lo de Paris suele ser una odisea, parece sencillo pero hay que viajar con muchísima ropa y plancha y carteles y mil trastos... hay que recorrer Paris de punta a punta, hay citas y clientes que atender...es un locura y siempre en estas fechas además suele hacer muchísimo frío. El caso es que poco a poco fuí pensando que en el fondo yo tengo la suerte de no tener jefes y Valentina tiene la suerte de estar conmigo mucho mientras trabajo viendo tejidos y estampados, aprendiendo mientras juega a que diseña...y pensé que igual era bonito llevarla y que viera como hacemos el Showroom y como mostramos la colección...y en los ratos libres podríamos ir a ver cosas y que podría ser un viaje que no olvidaría, ya que no tengo jefes que me lo impidan como a la mayoría de la gente... podría tratar de llevarla y compaginar el trabajo con algunos momentos de ocio con ella.
Así que se lo dije a Miguel y él dijo que adelante... nos la llevamos!!
El viaje ha sido una locura, nosotros además vamos en tren porque yo tengo pánico a volar y evito los aviones siempre que puedo, nueve horas de viaje...la avisé de que si venía tendría que portarse muy bien y ser paciente, esperar cuando yo estuviera con clientes o estar tranquila en el tren y distraerse con películas etc... a la media hora de salir de Madrid Valentina me dijo que se aburría, que no quería más película y que se quería bajar del tren o llegar ya!!!...así que en vez de un viaje relajado mirando por la ventanilla u organizando el trabajo tuvimos que jugar al veo veo hasta el infinito, o ir mil veces a la cafetería a por zumos y chocolatinas o sacar puzzles, pinturas etc... yo miraba el reloj cada cinco minutos deseando llegar... Por fín en Francia se durmió un buen rato y pude aprovechar para preparar el trabajo. Cuando llegamos de noche y después de un viaje agotador se le iluminó la cara y dijo-voy a ver la torre Eiffel!!!!
El resto del viaje ha sido parecido, por un lado maravilloso estar con ella y ver como se sorprende con todo, la ilusión que le hacía todo, me dijo-mamá, no te preocupes si no entienes a la gente, es que hablan chino...- Iba por la calle dando saltitos todas las mañanas diciendo- Estamos en Paris!!! Estamos en París!!
Por otro lado muy cansado cuidar de ella y pensar en toda su logística mientras realmente tenemos la cabeza en la presentación de la colección que es como nuestro examen de cada seis meses. Sin embargo no me arrepiento nada, no olvidaré este viaje, hemos sido muy felices a su lado con su alegría ante todo lo nuevo, el viaje además ha sido un aprendizaje para ella en muchos sentidos, hemos reflexionado sobre otras culturas, otros idiomas, la paciencia del viaje, el esperar, el trabajo... también hemos sacado tiempo para cenar con amigos todos los días... visitar museos y tiendas... y por supuesto...para ver la Torre Eiffel!!!
El viaje de vuelta en el tren fue completamente diferente, como si hubiera madurado un poco, sin preguntar cuando llegamos, ni protestar...esperó pacientemente las nueve horas hasta llegar.
Os dejo con algunas fotitos de viaje y podéis ver algunas más en nuestro Instagram
No hay comentarios:
Publicar un comentario